miércoles, 13 de mayo de 2009







El departamento de Sucre, al igual que los departamentos de Nariño, Córdoba y Boyacá, cuenta con un potencial artesanal muy considerable, que de acuerdo al último Censo Económico Nacional del Sector Artesanal se calcula en 5.919 artesanos. El oficio artesanal no sólo es una labor que se desarrolla paralelamente a otras actividades de su cotidianidad, sino que es el soporte económico de muchos hogares, principalmente de Partes de un sombrero vueltiao

La plantilla: empieza en lo alto del sombrero con un botón tejido en diferentes figuras concéntricas; es el centro superior, el “cogollito” del sombrero, la horma o molde.

La copa o encopadura: tiene la forma de la cabeza; baja hasta el ala. Cuatro vueltas con pintas geométricas hasta la quinta final que debe ser blanca. Es la encargada de proteger la cabeza del humano.

El ala: abre la configuración del sombrero a partir de la encopadura; tiene un promedio de doce vueltas. Hay sombreros más alones que otros. Los sabaneros, especialmente los montadores de caballo, gozan con el sombrero alón y le colocan un cordón negro que lo sostiene de la barba, llamado “barbuquejo o barboquejo”.

El ala arranca con una vuelta negra, alternando los dos colores hasta llegar al ribete.

El ribete: es la parte final del sombrero vueltiao. Contra él se estrella todo el trabajo por lo que se utiliza una trenza reforzada color negro. Con el ribete se modela el sombrero. Para unir las trenzas entre sí, el artesano utiliza una maquina de coser de pedal. El trabajo de coser el sombrero o unir el trenzado es lento y cuidadoso.

La correa del Sombrero Vueltiao: es un adorno picaresco que se constituye en el acabado del sombrero. Es una correita corta del ancho de la trenza, hecha de charón el fondo negro, con vivos blancos entrelazados, terminando con una hebilla para cinchar o aflojar la encopadura.

Con esa correa se adapta la copa del sombrero al tamaño de la cabeza del usuarioaquellos donde la cabeza de familia son mujeresLos dibujos del trenzado: son figuras geométricas en rombos, triángulos, rectángulos, pirámides y cilindros. El confeccionador del sombrero nunca ha pensado en geometría para adornar su trabajo. Él habla de pintas y las bautiza de acuerdo con el entorno: la flor de azahares, la flor del limón, ojos de Santa Lucía, Cruz Grande, Cruz Chiquita, pecho de tigrillo, la mano del gato, la espina del pescado, la trompa de la babilla, dientes de ñeque, la araña, el ojo de la sardina, pata de rana, huella de perro, huella de tigre, ojo de buey, la pluma de la coca, y otros